jueves, 14 de febrero de 2013

DESDE QUE ME PONGO MÚSICA…

Siempre había sido reacio a llevar música cuando corro. Quizás porque en mi día a día tampoco es un complemento que utilice tanto. Siempre he sido de esas personas que le gusta escuchar los sonidos de su alrededor, escucharse a sí mismo; estar consigo mismo, quizás demasiado. Cuando empecé a hacer running sólo me bastaban mis pensamientos, mis pulsaciones, mis respiraciones, los sonidos de mis zapatillas al tocar o raspar el suelo, el chirriar de la arena, el movimiento de los árboles o las respiraciones de los demás cuando pasan a tu lado, en sí, pistas del sonido ambiente de tu alrededor y de ti mismo. Con eso me era suficiente para distraerme y crear historias, hacer que el tiempo interior transcurra, se mueva con tus pasos. Pero es cierto que el día que saqué por primera vez la música no he podido volverlo a dejar, sobre todo, en competición o en largas distancias. La música, mis canciones motivacionales, como las denomino, me permiten llegar más hondo en mis emociones. Es curioso y me parece digno de reflexión que con mis ideas o mis imágenes motivacionales o recuerdos emocionalmente poderosos jamás haya conseguido unos estados tan profundos e intensos como los que me producen la música en el running. Es más, muchas canciones, cuando ando en la soledad y el aislamiento de la Naturaleza me hacen cantar. Me invitan y casi me presionan a cantar mientras intento coordinar la respiración para no ahogarme. La felicidad que me produce el correr con música es producto, en gran parte, de una identificación con canciones cargadas de emociones, canciones que son un trampolín para saltar lejos porque esos sonidos están llenos de experiencias pasadas que revivo en un momento de trabajo físico. La presencia de estos recuerdos, en parte, me permiten distraer al cansancio consiguiendo que no se fije la sensación de fatiga en mí ralentizando el tiempo y por tanto, cansando aún más mi cuerpo, sino, al contrario, la distracción que consigo con la música me permite seguir tirando de mí superando al cansancio en la competición o las largas distancias. 

Mi ipod se ha convertido en un gadget más que debo portar en mis salidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario