lunes, 22 de abril de 2013

¿POR QUÉ ESTE INCREMENTO DE LA NECESIDAD DE INTENSIDAD: MARATÓN, ULTRA-TRAILS, IRONMAN'S, ETC...?




Siempre he mirado a la maratón con mucho respeto y admiración. Los que en algún momento de nuestra vida hemos realizado alguna prueba que nos lleve a la extenuación del cuerpo y de la mente, sabemos o, nos acercamos a lo que pudiera ser una maratón; que no es otra cosa que una sesión extrema de intensidad. Y, de esto, es sobre lo que me gustaría reflexionar hoy ¿Por qué hoy en día buscamos con gran ahínco y celo estas sensaciones tan extremas? ¿Por qué nos arrimamos a la intensidad?


Que duda cabe que el running es hoy por hoy un deporte muy popular. Se ha incrementado el número de tiendas de running y de competiciones populares que surten a un colectivo cada día más numeroso. Este no es el post para reflexionar sobre la proliferación de corredores pero sí lo es para pensar sobre la razón que subyace detrás de la necesidad de intensidad que apunta el ser humano de esta sociedad y, que nos dirige, a pruebas como: medias maratones, maratón, los ultra-trails o los ironman, por ejemplo. En un breve espacio de tiempo, estas pruebas de gran resistencia y destreza se han multiplicado agotándose las inscripciones en cuestión de horas de su salida al mercado en muchos de los casos. Pero ¿por qué ese ansia de demostrar que somos capaces de vencer nuestros límites? ¿Por qué buscamos emociones tan fuertes? Me gustaría, antes de nada, poner otro ejemplo para que entendamos hacia adonde quiero ir con esto. Hablemos de las series de televisión ¿Por qué estas producciones están desbancando en gran medida a la industria del cine? Podríamos aducir grandes diferencias económicas. De acuerdo, son más rápidas de hacer y requieren menos costes, pero la series de televisión permiten y ofrecen una variable a estimar que el cine no puede dar por mucho que la media de los metrajes se haya incrementado ya a casi dos horas en la mayoría de los casos. Estamos hablando del tiempo. Las series permiten la expansión del crono y por lo tanto el desarrollo de los caracteres, de sus perfiles psicológicos y de sus problemas. Permiten por tanto una mayor profundidad, si se hace bien, de la trama y personajes porque disponen de más tiempo. El televidente o espectador de hoy quiere y demanda intensidad porque no quiere que eso se acabe, fenezca o se esfume. Ansía que se extienda para huir de la fugacidad. La sociedad actual demanda intensidad en casi todo. Si prestamos atención a los que nos rodea todo se realiza y comercializa en formatos más grandes con el fin de saciarnos y resaciarnos. Poco a poco nos han enseñado a luchar contra la huida del tiempo facilitándonos mecanismos para permanecer en la vida, ya sea alargando nuestra esperanza de vida o consintiendo, en líneas generales, disponer de todo lo que queramos en el momento en que lo deseemos. La opción de repetir, la posibilidad de la copia, la manufactura, fue el desencadenante de una sociedad que está inmersa en una volición constante de búsqueda de la intensidad. Lo único positivo que yo veo a priori en relación con otras sociedades u otros momentos previos al nuestro hace décadas, es la necesidad de profundizar en la existencia que se nos ofrece con la voluntad de más. El ser humano busca sus límites cuando anhela intensidad. Quiere una sobredosis de algo porque todo lo demás se queda corto o pequeño. Podríamos decir que la intensidad hoy en día es la sal que da sabor a nuestro estar en el mundo. Sabor y conocimiento sólo si reflexionamos. Podríamos incluso aseverar que una vida en nuestra sociedad sin intensidad es un no vivir; una negación de la misma. Es más, me atrevería a decir que la intensidad es el extremo del tedio y hoy, nadie busca el tedio en las grandes ciudades porque es aburrido desde que hemos negado la parte espiritual de la existencia. De hecho realmente pienso que mucha gente no sabe lo que es el tedio. Hemos borrado incluso esta palabra de nuestro vocabulario diario por completo desde que hemos dejado de creer. Independientemente de esto, que merecería otra reflexión aparte, nos quedamos en la necesidad de intensidad de las sociedad actuales. Y una prueba más de esta necesidad es el incremento de deportistas que buscan en el deporte la extenuación de su cuerpo-mente: una experiencia extrema que inflige una sobre dosis de bienestar porque se basa en el olvido del pasado y futuro generando una burbuja entorno al presente más inmediato. Es la prueba más tangible sobre la necesidad que tiene el ser humano actual de vivir el aquí y el ahora; vivir el presente con suma intensidad como si fuera el SOMA que necesitamos para vivir. Por tanto, estas pruebas de resistencia son una moda en alza que tenderán todavía a seguir creciendo porque enganchan en tanto que uno es capaz de encontrar allí un estado de intensidad extrema que nos permite alargar una sensación llena de emociones entremezcladas: emociones de alegría y de dolor. 


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